sábado, 3 de marzo de 2012

Fábrica abandonada en Altamira

Altamira, partido de Mercedes, debe su nombre a la estancia de los hermanos Nicholas y Richard Lowe, establecidos en la zona desde 1855. Cabe aclarar que Enrique Udaondo, en su libro Significado de la nomenclatura de las estaciones ferroviarias de la República Argentina (Buenos Aires, Ministerio de Obras Públicas, 1942, p. 10), ofrece otra explicación. Según este autor, se trata de un homenaje al crítico literario e historiador español Rafael Altamira; eminente americanista, pedagogo y jurista que visitó la Argentina en la época del Centenario. De seguir la versión de Udaondo, el nombre de la estación habría sido puesto en vida del homenajeado, ya que Altamira nació en 1866 y falleció en 1951.

Una gran parte de la economía de esta localidad dependía de la fábrica de ladrillos Corinema; al cerrarse el establecimiento, el pueblo se derrumbó y sufrió una fuerte emigración. Las acciones políticas desplegadas en torno al cierre de Corinema y las historias personales de los habitantes de Altamira fueron, hace años, objeto de algunas notas periodísticas; pero la tendencia no se revirtió y de la enorme planta fabril hoy solo quedan ruinas.



© 2012, Héctor Ángel Benedetti

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