jueves, 8 de julio de 2010

Pueblo abandonado en Epecuén (parte I)

Desde comienzos del siglo XIX era sabido que las aguas del lago Epecuén, con su salinidad diez veces superior a la del mar, tenían propiedades curativas. En 1909 el gobierno provincial reconoció científicamente esos atributos medicinales, favoreciendo así el desarrollo de la explotación minera en el partido de Adolfo Alsina y de un importante balneario termal: Villa Lago Epecuén, a pocos kilómetros de la ciudad de Carhué.

A partir de la década de 1920 el lugar quedó conformado como un centro turístico de relevancia. Se instalaron hoteles, residencias particulares, restaurantes, comercios, una escuela, una iglesia y oficinas de información en la Capital Federal. Tres líneas férreas (el Oeste, el Sud y el Midland) arrimaban a los pasajeros hasta Carhué, e incluso Lago Epecuén contaba con estación propia del Ferrocarril Oeste. El pueblo llegó a tener cinco mil plazas hoteleras con alta ocupación durante sesenta años.

Pero el 10 de noviembre de 1985 las aguas del lago desbordaron descontroladamente y rompieron el muro de contención, sumergiendo en pocos días a toda la villa. La evacuación fue rápida y eficaz, aunque el lugar quedó destruido. Luego, paulatinamente, las aguas retrocedieron dejando tras de si un pueblo en ruinas y blanqueado por acción de la sal. La gente jamás regresó.


© 2010, Héctor Ángel Benedetti

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