sábado, 27 de octubre de 2012

Destilería abandonada en Alessandria, Italia


(Escrito e ilustrado por Pedro Ochoa para La Periferia de Angkor).

El misterio de los trenes, las estaciones de pueblo y su silencio, las casas abandonadas con sus sueños rotos, existe en otras tierras también.

Estas fotos son de Italia, nación bastante parecida a la Argentina.

La diferencia es que en Italia los trenes funcionan. Y bastante bien.

La estación es Serravalle Scrivia, en el norte del país.

El edificio, la destilería Inga & C. Estimo que la fábrica todavía existe y funciona en otros edificios cercanos.

Las fotos, tomadas con un móvil, son precarias; pero irrepetibles.







© 2012, Pedro Ochoa

sábado, 15 de septiembre de 2012

Taller abandonado en Zárate


La firma José Callegari e Hijos, dedicada a la reparación de material ferroviario, tuvo en Zárate dos importantes instalaciones. La primera, en la zona del puerto, estuvo ligada a importantes contratos de reconstrucción de vagones pertenecientes al Ferrocarril General Urquiza. La segunda planta, donde años después habrían de centralizarse todas las tareas, funcionó al sur de la estación del Ferrocarril General Bartolomé Mitre. A ella corresponden las imágenes de hoy.


Desde la estación salía una vía (que aún se conserva, como muestra la primera imagen) en dirección al taller; vía que hasta 1957 se usó para el transporte de vino a granel de Bodegas Galardón y para llevar combustible líquido a los generadores de la Cooperativa Eléctrica, cuyo edificio estaba enfrente.




© 2012, Héctor Ángel Benedetti

jueves, 2 de agosto de 2012

Estación abandonada en La Nevada


“La Nevada” era el nombre de un establecimiento rural perteneciente a Grant Hermanos ubicado al este del partido de Guaminí, sobre el límite con Daireaux. Dio nombre a un paraje, consistente en un puñado de casas algo dispersas y más tarde una escuela (la nº 6 de su distrito, llamada “Fernando Splendore”). El Ferrocarril de Rosario a Puerto Belgrano puso allí una estación en diciembre de 1910; abandonada desde la clausura del ramal, hoy se encuentra en ruinas.







© 2012, Héctor Ángel Benedetti

domingo, 15 de julio de 2012

Boliche abandonado en Román Báez


En la anterior actualización de este blog vimos un frontón abandonado en la pequeña localidad de Román Báez, partido de Suipacha. En esta oportunidad se presenta un almacén, un boliche en el mismo lugar. Una antigua construcción de chapas y maderas, precisamente al lado de la cancha ya descripta. La mayoría de las pocas edificaciones de Román Báez fueron formándose sobre el lado sudoeste de la estación de ferrocarril, en el ramal inaugurado a finales de 1907 que iba de Suipacha a Bayauca. (Báez era el hacendado que desde 1861 tenía su campo en la región, y que donó parte de sus terrenos para las instalaciones ferroviarias; también habría de ocupar algunos cargos públicos.) La actividad de la zona fue, principalmente, de tambos. Hoy quedan alrededor de veinte familias viviendo por aquí.

El boliche fue vaciado hace muchos años, aunque pareciera que algunos elementos continúan resistiendo…






© 2012, Héctor Ángel Benedetti

miércoles, 20 de junio de 2012

Frontón abandonado en Román Báez

Las imágenes de abajo muestran una construcción típica del Buenos Aires de antaño: un frontón, o cancha de pelota a paleta. Deporte inventado en la Argentina hacia 1905 por el vasco francés Gabriel Martirén (“El Sardina”), la pelota a paleta tuvo una rápida popularidad entre los peones de campo. Las primeras paletas eran, precisamente, paletas vacunas: Martirén modelaba el hueso hasta darle la forma conveniente. Más tarde se reemplazaron por las conocidas paletas de madera. El frontón de las fotografías está en la pequeña localidad de Román Báez, partido de Suipacha. En él se disputaron antaño muchos torneos con participación de los pelotaris de pueblos cercanos; actualmente está abandonado.






© 2012, Héctor Ángel Benedetti

viernes, 25 de mayo de 2012

Capilla abandonada en San Mauricio (addenda: el rescate del patrimonio)

Como se aclaró en anteriores entregas, una parte del mobiliario y de los objetos de culto que estaban en la capilla del pueblo de San Mauricio hoy integran el patrimonio del Museo Histórico de Rivadavia, en la cabecera del partido (estación América). Antes estuvieron en exposición en un museo propio de San Mauricio, pero el robo de algunos elementos determinó el traslado. Entre otras cosas, se conservaron el retablo (con figuras de Santa Isabel de Hungría, San Roque y otros), la campana, la pila bautismal, algunos bancos, varias estaciones del Via Crucis, etcétera.






© 2012, Héctor Ángel Benedetti

viernes, 11 de mayo de 2012

Capilla abandonada en San Mauricio (parte II)

Aquí, otras cuatro imágenes de la capilla del pequeño pueblo de San Mauricio. Una buena parte de su mobiliario y de los objetos de culto fueron rescatados y hoy se conservan en el Museo Histórico de Rivadavia, en la localidad de América. En la próxima entrega de este blog veremos algunos de ellos.






© 2012, Héctor Ángel Benedetti

sábado, 28 de abril de 2012

Capilla abandonada en San Mauricio (parte I)

Fundado por Mauricio Duva en 1884, el pueblo de San Mauricio, a un lado de la Zanja de Alsina, es el más antiguo del partido de Rivadavia. En su historia, San Mauricio sufrió varios sucesos adversos. Duva deseaba que un día su localidad fuera la cabecera del partido, pero en 1909 terminó eligiéndose la ciudad de América. Padeció luego el derrumbe de la economía regional durante la crisis de los años ’30. En 1932 recibió una importante lluvia de cenizas volcánicas a raíz de la erupción del Descabezado Grande, en Chile, que afectó seriamente los sembrados (¡las cenizas viajaron cerca de 700 kilómetros!). Esto paralizó en gran medida su desarrollo. Y a partir de 1986 vivió un ciclo de inundaciones, que alcanzó el máximo en 2001. De los dos mil habitantes que llegó a tener hacia 1920, hoy solo quedan alrededor de quince.


La capilla estaba consagrada al santo patrono del pueblo y había sido inaugurada por Monseñor Mariano Espinosa.







© 2012, Héctor Ángel Benedetti

sábado, 14 de abril de 2012

Casa abandonada en Rivadavia, estación América

Conocida como la “Casa de Aguirre”, esta gran vivienda (700 m² en planta baja y otros 282 en la superior) se encuentra en una esquina frente a la estación de ferrocarril de América, partido Rivadavia. Tardíamente considerada de valor patromonial para el municipio, al momento de publicarse estas imágenes está en proceso de recuperación.


© 2012, Héctor Ángel Benedetti

viernes, 30 de marzo de 2012

Palacio abandonado en Punta Lara (parte II)

Otras cuatro imágenes de lo que ha quedado de la utopía cisplatina de Francisco Piria: una vista lateral, un acercamiento a la parte trasera del edificio, la romántica fuente seca, y un detalle del intercolumnio.



© 2012, Héctor Ángel Benedetti

sábado, 17 de marzo de 2012

Palacio abandonado en Punta Lara (parte I)

Entre Punta Lara y Ensenada, a metros de donde existió una parada ferroviaria llamada “Remolcador Guaraní”, quedan ruinas de un enorme y magnífico edificio de 1910. Estaba destinado a ser el casco de estancia de la familia Castells, propietaria de estos terrenos; pero a mediados de los años ’20 fue adquirido por el empresario uruguayo Francisco Piria (fundador de Piriápolis en la costa este del Plata), con la intención de convertirlo en el edificio central de un importante balneario. Cabe destacar que Piria no solo creía en las posibilidades de un centro turístico en esta zona, sino que hasta proyectó un puente para unir Buenos Aires y la costa del Uruguay siete décadas antes que el tema saliera nuevamente a la palestra… En la decoración del Palacio Piria trabajaron artesanos uruguayos de primera categoría, dotando a la casa con un gran “Salón de los Espejos” al mejor estilo versallesco. No obstante, Piria nunca pudo lograr su objetivo de que Punta Lara se convirtiera en un balneario exclusivo. Él falleció en 1933; en 1947 sus herederos donaron el Palacio y las 141 hectáreas vecinas al gobierno de la provincia de Buenos Aires, con el objetivo de que fuese residencia de los gobernadores. Tampoco llegó a usárselo como tal. En realidad, el último destino que se le dio fue como colonia de vacaciones para huérfanos; hasta que finalmente quedó abandonado.




© 2012, Héctor Ángel Benedetti

sábado, 3 de marzo de 2012

Fábrica abandonada en Altamira

Altamira, partido de Mercedes, debe su nombre a la estancia de los hermanos Nicholas y Richard Lowe, establecidos en la zona desde 1855. Cabe aclarar que Enrique Udaondo, en su libro Significado de la nomenclatura de las estaciones ferroviarias de la República Argentina (Buenos Aires, Ministerio de Obras Públicas, 1942, p. 10), ofrece otra explicación. Según este autor, se trata de un homenaje al crítico literario e historiador español Rafael Altamira; eminente americanista, pedagogo y jurista que visitó la Argentina en la época del Centenario. De seguir la versión de Udaondo, el nombre de la estación habría sido puesto en vida del homenajeado, ya que Altamira nació en 1866 y falleció en 1951.

Una gran parte de la economía de esta localidad dependía de la fábrica de ladrillos Corinema; al cerrarse el establecimiento, el pueblo se derrumbó y sufrió una fuerte emigración. Las acciones políticas desplegadas en torno al cierre de Corinema y las historias personales de los habitantes de Altamira fueron, hace años, objeto de algunas notas periodísticas; pero la tendencia no se revirtió y de la enorme planta fabril hoy solo quedan ruinas.



© 2012, Héctor Ángel Benedetti

jueves, 16 de febrero de 2012

Almacén de ramos generales abandonado en Bajo Hondo

(Escrito e ilustrado por Rubén Sagristani)

Bajo Hondo es una muy pequeña localidad del sur bonaerense. Situada a no más de 30 kilómetros de Bahía Blanca, dentro del partido de Coronel Rosales, el conglomerado urbano está constituido por no más de 6 ó 7 manzanas que se ubican detrás de la estación del ex Ferrocarril Sud. A pesar de su pequeñez, este pueblito cuenta con otra estación de otro ferrocarril, el ex Rosario a Puerto Belgrano, cuyas vías están abandonadas, y con su edificio de estación a cierta distancia, al norte del pueblo, en una solitaria zona.

Quizá la cercanía de la pujante ciudad de Bahía Blanca haya contribuido a que este pueblo no desarrollara una población considerable; es más, en lo que alguna vez debió ser la calle principal, es decir la que colinda con el cuadro de estación del ex FCS, hay varias construcciones deshabitadas hace tiempo.

Inmediatamente detrás de esa estación y sobre la esquina más cercana a ésta, una construcción antigua, bastante deteriorada en su interior, sobresale y destaca por sobre las otras. Parece haber sido un almacén de ramos generales. Aún se lee por sobre la puerta de ingreso un letrero que dice "El Maragato" y más arriba, con letras muy borrosas, en otro cartel se alcanza a distinguir "Compra de Cereales y..." (lo demás es inentendible).

Es un edificio cuyas paredes exteriores están sin revocar. En su interior aún alberga mobiliario de cuando funcionó como comercio. No solo están las estanterías y los mostradores (en estado ruinoso, bajo restos de un cieloraso de madera machimbrada que se desplomó), sino también la caja registradora: una de esas cajas de proporciones gigantescas comparadas a las actuales, con su manija para accionarla. Un vistazo a todo esto, a pesar del estado deplorable en que se encuentra, es volver muy atrás en el tiempo. ¡Cuántas historias y vivencias habrá atesoradas en esas paredes…! ¿Habrá alguien que pueda contarlas?





© 2012, Rubén Sagristani