Carnicería abandonada en La Larga

La Larga, un pueblo a dieciocho kilómetros de Daireaux, consiste en unas pocas casas en torno a la estación. Una calle lleva hasta el casco de estancia "La Larga", que perteneciera al general Julio Argentino Roca, dos veces presidente de la Argentina.

Vista de lejos, esta edificación que mostramos parece una pequeña capilla, pero en realidad fue una carnicería.

Se llamó “La Felisa”; abrió en 1926.

© 2011, Héctor Ángel Benedetti

Esquina abandonada en Morse

¿Sospecharía Mr. Samuel Morse, de Boston (1791-1872), pintor de renombre pero más famoso por ser el inventor del telégrafo eléctrico y del código de señales, que su nombre iría a parar a un pueblo de la lejana Buenos Aires…? (*)
Actual sede de la Fiesta Regional del Cosechero, Morse fue fundado a partir de una donación del hacendado español José Bártiz. Este cedió parte de sus terrenos para la instalación de la estación y otros edificios públicos. Hoy tiene mil y pico habitantes: es la segunda localidad más poblada del partido.
En una esquina próxima a la estación está este edificio abandonado. Es de 1910.

(*): Samuel Morse fue, además, el inventor del tornillo de banco: la conocida “morsa” de cualquier tallercito.

© 2011, Héctor Ángel Benedetti

Casa abandonada en Bayauca

Una esquina de pueblo, tristemente abandonada, en Bayauca (partido de Lincoln). La localidad remonta su origen a 1893, año de la llegada del tren. Paulatinamente ha sufrido la emigración de sus habitantes; el censo de 2001 contaba menos de 600.

© 2011, Héctor Ángel Benedetti

Otras construcciones abandonadas en Máximo Fernández

En entradas anteriores de este mismo blog nos hemos ocupado de la iglesia abandonada en Máximo Fernández, partido de Bragado. Pero no es lo único con semejante estado en esta pequeña localidad. La estación de tren del Ferrocarril Oeste, inaugurada en 1893, también fue abandonada (y vaciada); y algunas casas en torno a ella denotan asimismo largo tiempo de olvido.

© 2011, Héctor Ángel Benedetti

Estación abandonada en Tambo Nuevo

Sobre el kilómetro 257 del ramal principal de la Compañía General de Ferrocarriles de la Provincia de Buenos Aires (CGBA), inmediatamente antes de llegar a Pergamino. Acerca de su nombre: “En recuerdo de la hazaña cumplida por los soldados José María Gómez, Santiago Albarracín y Juan Bautista Salazar, en la posta de Tambo Nuevo, el 24 de octubre de 1813. Destacados de una partida de doce hombres que mandaba el teniente de dragones del ejército del Norte, D. Gregorio Aráoz de La Madrid, en medio de la oscuridad de la noche sorprendieron una guardia de doce soldados realistas, a los que rindieron y condujeron prisioneros ante su nombrado teniente que, al frente de sus dragones, salió a batir al resto de la compañía española. Tambo es voz quichua que significa en el Perú pascana o posta” (Enrique Udaondo, Significado de la nomenclatura de las estaciones ferroviarias de la República Argentina, Buenos Aires, Ministerio de Obras Públicas, 1942, pp. 347-348). Cabe aclarar que los tres soldados citados por Udaondo son los famosos Tres Sargentos. Que también se convirtieron en estación: era la que estaba sobre el kilómetro 170 del mismo ramal.

© 2011, Héctor Ángel Benedetti

Club abandonado en La Delfina (parte II)

Más imágenes del estado actual de la sede social del Club Atlético La Delfina. Su heráldica es similar a la de Gimnasia y Esgrima de La Plata. Son apodados “Los Vascos” y tienen como su rival clásico al Bayauca, club del siguiente pueblo en dirección a Lincoln.

El Club Atlético La Delfina tuvo cancha de fútbol, tribunas, vestuarios, túnel de acceso, pileta de natación, salón de usos múltiples, escenario, confitería, etcétera. Pero la última vez que realmente se utilizó algo de esto fue en 2004. En la actualidad el equipo de fútbol juega como “local” en otras canchas de la cabecera del partido, en Los Toldos.

La lechuza de la última fotografía estaba a pocos metros, en un galpón del ferrocarril.

© 2011, Héctor Ángel Benedetti

Club abandonado en La Delfina (parte I)

A unos 14 km de Los Toldos, en el partido de General Viamonte, se encuentra el pueblo La Delfina; con este nombre por Delfina Alfaro de López, la donante. Los viejos vecinos todavía le dicen “el Pueblo de los Vascos”, aludiendo al lugar de origen de los primeros colonos.

Con el correr de los años fueron instalándose aquí la estación ferroviaria, la Escuela López Alfaro (de interesante arquitectura neocolonial), la biblioteca, un club de tenis, y las importantes dependencias del Club Atlético La Delfina, fundado el 10 de agosto de 1925.

Tras haber sufrido una fuerte emigración, hoy La Delfina cuenta con menos de cuarenta habitantes.

El club continúa inscripto en la Liga Toldense de Fútbol y participa activamente en ella; incluso llegó a contar con otra sede en Los Toldos. Pero su antigua casa en el pueblo La Delfina, que fuera inaugurada en 1956, quedó abandonada.

© 2011, Héctor Ángel Benedetti

Más surtidores abandonados: en Udaquiola, Casalins y La Limpia

Ya vimos algunos viejos surtidores de combustible sobrevivientes en diferentes lugares de la provincia de Buenos Aires, como Tomás Jofré, Patricios, 12 de Octubre y Trongé (ver entrada del jueves 14 de abril de 2011). En esta oportunidad, una pequeña colección de otros, en otros sitios.

La primera fotografía corresponde a un almacén en Udaquiola, partido de Ayacucho. Le sigue, debajo, un viejo boliche en Casalins, partido de Pila. Y las dos últimas fotografías muestran por adelante y por detrás un surtidor que está en La Limpia, partido de Bragado.

© 2011, Héctor Ángel Benedetti

Establecimiento abandonado en Mouras

En el cuartel VIII del partido de Daireaux, antiguamente llamado Caseros, está la estación Mouras del ex Ferrocarril de Rosario a Puerto Belgrano. No tiene pueblo; o mejor dicho: el pueblo es otro, muy cercano. Nos referimos a Salazar, a solo dos kilómetros, al que se llega por un camino en diagonal. Frente a Mouras hay un edificio de 1910, con un relieve en su frente que nos informa su nombre: “El Cautivo”. Está abandonado.

© 2011, Héctor Ángel Benedetti

Esquina abandonada en Mauricio Hirsch

Este pueblo del partido de Carlos Casares recuerda al barón Maurice de Hirsch (1831-1896), fundador de la Jewish Colonization Association (JCA) cuyo propósito era la creación de colonias israelitas para asilo de los judíos perseguidos de Rusia y Europa Oriental.

La Argentina fue uno de los destinos más importantes para las sociedades mutualistas de Hirsch; él creía que este país era el más apropiado para el establecimiento de colonias, y no se equivocó: muchas de ellas nacieron gracias a su fomento, dando origen a lo que Alberto Gerchunoff denominaría, años después, “los gauchos judíos”.

En 1891 se fundó Colonia Mauricio —la primera de JCA en nuestro país— en tierras de lo que hoy es el partido de Carlos Casares, y que por entonces pertenecían a 9 de Julio. Cerca de la colonia, tiempo después pasaría el Ferrocarril de La Plata al Meridiano V, que el 21 de mayo de 1913 habilitó su servicio en esta sección colocando sobre el kilómetro 374 la estación Masel, luego llamada Mauricio Hirsch, que diera origen a un pequeño poblado.

Colonia Mauricio terminó diluyéndose, pero perduró este otro pueblo, Mauricio Hirsch, en torno al ferrocarril.

© 2011, Héctor Ángel Benedetti

Lugar religioso abandonado en Julio Arditi

En el partido de Magdalena, al sur y no muy lejos de la cañada de Arregui, unas pocas casas antiguas y una estación ferroviaria en desuso conforman el pueblo de Julio Arditi. En él existe un terreno que alberga los elementos observables en las últimas dos fotografías. Están abandonados. Desconocemos el motivo preciso que llevó a emplazarlos: el día de nuestra visita el pueblo se hallaba absolutamente desierto, y la búsqueda de referencias ha sido estéril.

© 2011, Héctor Ángel Benedetti

Casetas de bombeo abandonadas en Langueyú

Langueyú, que significa “sitio de los muertos” en idioma mapuche, es el nombre de un extenso arroyo de la provincia de Buenos Aires, y de un paraje vecino a él en el partido de Ayacucho. Es curioso: Ayacucho significa más o menos lo mismo, pero en quechua.

Desde la población rural de Solanet (dispersa; tenía solo 52 habitantes en el año 2001) en dirección al paraje Langueyú, por el camino de tierra, se cruzan dos arroyos: El Perdido y el Langueyú, precisamente. Desde ambos puentes pueden verse unas torres de ladrillo, de sección cuadrangular. Se trata nada más que de unas casetas de bombeo que están abandonadas; pero su visión en medio de aquella soledad de los campos no deja de producir cierto misterio.

Las fotografías, de arriba abajo: 1) Arroyo El Perdido, vista hacia el este: el puente que se observa detrás, de fierro, perteneció al Ferrocarril Sud. 2) Arroyo El Perdido, vista hacia el oeste: esta otra caseta está sobre la misma margen. 3) Arroyo Langueyú: una caseta similar a las anteriores. 4) Arroyo Langueyú: puente ferroviario a medio desarmar.

© 2011, Héctor Ángel Benedetti

Estación abandonada en Masurel

El Ferrocarril de Rosario a Puerto Belgrano (FCRPB), una empresa de capitales franceses, puso la estación llamada “Masurel” en los alrededores de la estancia Sauce Melú, partido de Daireaux, no lejos del pequeño pueblo de Andant. El primer tren corrió en diciembre de 1910.

En 1946 la línea pasó a manos del Estado, y poco después comenzó a sufrir un destino errático. Estuvo administrada por secciones entre el Ferrocarril General Bartolomé Mitre y el Ferrocarril General Roca, luego pasó enteramente al Mitre, después fue otra vez dividida… hasta que la mayor parte de su recorrido quedó abandonado —incluyendo esta zona de Masurel— y en tal situación se encuentra hoy.

© 2011, Héctor Ángel Benedetti